¡Venga tu Reino!
Roma, 30 de junio de 2014
A los miembros y amigos del Regnum Christi
Muy queridos padres y hermanos, muy queridos consagrados y consagradas, queridos amigos,
Les escribo con el corazón lleno de dolor humano y de esperanza cristiana para informarles que el P. Álvaro Corcuera ha fallecido el día de hoy a las 13,35 (hora de México) en la Sede de la dirección territorial de la Ciudad de México.
Ha pasado los últimos días rodeado de sus hermanos legionarios y de sus familiares más cercanos. Tuve la gracia de poder estar cerca de él durante casi una semana, aunque desde el viernes estoy en Roma. Recuerdo especialmente que el pasado día 20, cuando le ofrecimos la comunión dijo claramente: “¡Qué alegría!” Creo que con esa alegría ha salido al encuentro del Señor. El jueves 26 de junio pudimos administrarle la unción de los enfermos y el viático, que recibió conscientemente.
Hoy a las 11 de la mañana (hora de México) el P. Ricardo Sada ha hecho la recomendación del alma tras una misa en la que concelebraron los PP. Jaime Rodríguez, Rodolfo Mayagoitia, Evaristo Sada, Guillermo Serra y Mario González. Estaban presentes las hermanas del P. Álvaro: Francisca, Guadalupe y Susana.
Su cuerpo será velado durante el día de mañana en la capilla de la Universidad Anáhuac y su cuerpo será sepultado en el Panteón Francés de San Joaquín. Posteriormente se informará sobre los horarios de estas celebraciones.
Los invito a todos a ofrecer misas y oraciones para encomendar su alma a Dios y agradecer al Señor por la vida de este padre, hermano y amigo que ha sido nuestro Director General durante los nueve años más difíciles de nuestra historia. En estos momentos de dolor, podemos decir que ha combatido bien su combate, ha corrido hasta la meta y ha conservado la fe. Como a san Pablo, ahora le aguarda la corona merecida (cf. 2Tm 4,8).
Pidamos también por sus hermanos y familiares, para que el Señor conceda a todos con su presencia la esperanza y la paz que viene de la certeza de su victoria sobre el mal y sobre la muerte.
Quiero agradecer mucho a toda la familia del Regnum Christi su compañía constante con oraciones y muestras de cariño con motivo de la enfermedad del P. Álvaro, quien supo ganarse el cariño de todos. Agradezco especialmente a todos los que ayudaron y acompañaron al P. Álvaro en su gobierno y de modo particular a quienes lo han cuidado con mucha dedicación y verdadera caridad durante su larga enfermedad.
Pidamos unos por otros para que tengamos la misma unión con Dios que pedimos para el P. Álvaro y recemos también por todos los miembros del Regnum Christi, sus familiares y amigos que sufren por causa de la enfermedad.
Dale, Señor, al P. Álvaro el descanso eterno y luzca para él la luz perpetua. ¡Descanse en paz!,
Con un recuerdo en mis oraciones,
P. Eduardo Robles Gil, L.C.